Blog: Profesor Manuel Gurpegui – Catedrático y Director del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Granada.
Fecha: 01-04-1991
Autor:
M. Gurpegui, R. Fernández Villamor, A. Medina, R.A. Palacios, A. González Iglesias
M.J. Moreno, M.A. Muñoz, J. E. Callejas, V. Elvira, E. Fernández Romero, R. Ibáñez
Suicidio en Andalucía: resultados epidemiológicos preliminares
- Gurpegui, R. Fernández Villamor, A. Medina, R.A. Palacios,
- González Iglesias, M.J. Moreno, M.A. Muñoz, J. E. Callejas, V. Elvira, E. Fernández Romero y R. Ibáñez
RESUMEN
En una zona montañosa del interior de Andalucía se confirmaron altas tasas de incidencia de suicidio consumado, que oscilan entre 27 y 39 por cien mil habitantes y año en las zonas consideradas de riesgo, y entre O y 217 en zonas testigo. Se demuestra la existencia de un pico de incidencia entre los adolescentes, el predominio en la edad tardía y en el sexo masculino y la preferencia, en el conjunto de la población, por el procedimiento de suspensión mecánica.
Palabras clave: Suicidio, epidemiología; Factores de riesgo.
SUMMARY
Suicide in Andalusia: preliminary epidemiological results
High incidence rates of suicide, ranging from 27 to 39 per hundred thousand inhabitants within the risk areas, and from O to 22 within the control areas, were confirmed in certain montainous region of inner Andalusia. In addition to an incidence peak in adolescente, later age and gender male were observed to be risk factors. Hanging was the procedure most frequently used.
Key words: Suicide, epidemiology; Risk factors.
INTRODUCCION
La incidencia del suicidio varía mucho de unos lugares a otros de Andalucía: según datos oficiales (Anuario Estadístico de España, 1985), en 1983 las tasas de suicidio consumado (por cien mil habitantes y año) fueron de 10,1 en la provincia de Almería, 6,1 en la de Córdoba, 8,7 en la de Granada y 8,9 en la de Jaén; 3,2 en la de Cádiz, 3,1 en la de Huelva, 5,6 en la de Málaga y 4,8 en la de Sevilla. Aunque, como en todas partes, las cifras oficiales quedan probablemente por debajo de las reales, queda patente la desigual distribución del suicidio entre las provincias andaluzas (Tabla 1). Además, dentro de cada provincia hay zonas a las que popularmente se atribuye una mayor incidencia de suicidio; para confirmar este supuesto, se ha obtenido información, a través de los registros civiles, acerca de las causas de muerte en áreas a las que se atribuye tal riesgo (zona S) y en otras neutras, que sirven de testigo o grupo control (zona T), entre los años 1980 y 1989. Se han recogido también algunas características sociodemográficas de las personas muertas por suicidio, por accidente o por enfermedad.
Trabajo presentado al VII Congreso de la Sociedad Andaluza de Psiquiatría. Granada, abril de 1991.
* En el trabajo han participado, en Córdoba, E. Fernández Romero, A. Medina y M.J. Moreno; en Granada, J.E. Callejas, M. Gurpegui, R. Ibáñez, M.A. Muñoz, R.A. Palacios; y en Jaén, V. Elvira, R. Fernández-Villamor y A. González Iglesias. El diseño del estudio ha sido realizado por M. Gurpegui, a quien ha de dirigirse la correspondencia: Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad de Granada, E-18071 Granada.
Tabla 1. Suicidios en Andalucía (1983)*
Provincias |
incidencia (por 100.000 hab./año) |
Almería | 10,1 |
Jaén | 8,9 |
Granada | 8,7 |
Córdoba | 6,1 |
Málaga | 5,6 |
Sevila | 4,8 |
Cádiz | 3,2 |
Huelva | 3,1 |
*Datos calculados del Anuario Estadístico de España, 1985, a partir del número de muertes por suicidio y del número de habitantes.
En un estudio posterior, se tratará de esclarecer la participación de factores genéticos o de factores culturales, y la posible interacción entre ellos, en el exceso de riesgo de suicidio consumado. Tales áreas geográficas de presuntas tasas altas de suicidio, podrían servir de manera ideal para analizar la relación entre los factores genéticos y la cultura, incluida la subcultura familiar. De entre estas áreas, en este estudio se ha elegido para análisis la región de los Montes Orientales, que incluye territorios del Sur-Este de la provincia de Córdoba, del Oeste de la de Granada y del Sur-Oeste de la de Jaén. Paralelamente, se han recogido datos de localidades cercanas a las que se atribuye una menor incidencia.
La zona de los Montes Orientales está enclavada en el sistema subbético, se caracteriza por una elevada altitud media y por lo quebrado y sinuoso del terreno. En ella, los recursos económicos proceden de una agricultura relativamente minifundista de olivo y cereal, del trabajo temporero en la hostelería de costas turísticas españolas y en la vendimia francesa y de subsidios de desempleo agrario (Compón et al., 1989).
Los pueblos que componen este área geográfica se caracterizan en general por baja renta per capita y escasez de población. Además, su especial ubicación dificulta la comunicación con el exterior y los mantiene relativamente aislados. No es zona de paso, de modo que, para visitarlos, hay que ir expresamente a ellos; las carreteras de acceso son tortuosas, estrechas y de firme ondulado. De entre los municipios del Sur peninsular, son aquellos en los una mayor proporción de población vive en un habitat disperso, en el que, además, se dan mayores condiciones de marginación que en otras zonas rurales del Sur (en muchos cortijos, falta luz eléctrica y teléfono). Las condiciones y expectativas de vida se mantienen en niveles que en otras zonas de Andalucía son propias del pasado, y la mentalidad de la gente adopta patrones culturales peculiares de la SubBética. Aquí los procesos migratorios se han desarrollado tardíamente, en comparación con otras zonas de cortijos (Compán et al., 1989).
METODO
Los datos incluidos en este estudio se han obtenido directamente de los registros civiles municipales de algunas localidades seleccionadas por su ubicación en la zona considerada popularmente como de elevada frecuencia de suicidios, así como de otras cercanas pero externas a la zona marcada.
La recogida de datos, en la que han participado varios equipos, ha estado guiada por un procedimiento común y presidida por el esquema que a continuación se expone (Tabla 2), cuyos últimos apartados quedan pendientes para fases posteriores del estudio.
Tabla 2. Esquema del protocolo de estudio sobre el suicidio consumado: incidencia y características asociadas
Esquema para la recogida de datos:
- Municipios seleccionados (comparación):
1.1. Los de una zona en la que el suicidio se considera endémico (zona S).
1.2. Los de otra zona (testigo) a la que no se atribuye tal característica (zona T) .
- Registro anual (1980-89) de fallecimientos en cada municipio, con la catalogación: 1. Por suicidio.
2.2. Por accidente.
2.3. Por enfermedad.
- Comparación de los fallecidos, clasificados por la causa de muerte.
3.1. Características sociodemográficas: edad, sexo, nivel educativo, ocupación, clase social, habitat, red social.
3.2. Antecedentes familiares de suicidio y de enfermedad mental.
3.3. Utilización de servicios médicos y de otros servicios de ayuda.
3.4. Estudio cualitativo de la representación mental de la muerte y el suicidio en una
muestra de familias de individuos muertos por suicidio, por accidente o por enfermedad.
Los datos se tabularon de forma que, en la estratificación por sexo, edad y estado civil, los porcentajes se agregaron no por la causa de muerte sino por la característica sociodemográfica; es decir, se alcanzaba el 100 por ciento al sumar, por ejemplo, la proporción de mujeres o la de solteros que murieron por suicidio, por accidente o por enfermedad, en lugar de distribuir el suicidio por sexo, edad o estado civil; así es más directa la posible identificación de las características sociodemográficas como factores de riesgo.
La categoría «por accidente» es posible que incluya, como se reconoce en la mayoría de los estudios epidemiológicos sobre el suicidio, una proporción de casos que podrían constituir suicidio encubierto.
Dado que las poblaciones estudiadas son relativamente pequeñas, los datos de los diez años objeto de estudio se han acumulado para hacer las comparaciones; obviamente, se ha tenido después que dividir por diez para expresar la incidencia en número de casos por cien mil habitantes y año.
RESULTADOS
Se observa tasas de suicidio muy elevadas, que en algunas localidades están en torno a 40/100.000 habs./año (Tabla 3). No en todas las localidades consideradas de alto riesgo se alcanzas tasas tan altas; y en una población del grupo testigo, Fuentevaqueros, situada en la Vega de Granada, sorprende una tasa de 21,7.
Tabla 3. Incidencia de suicidio en algunos lugares de Andalucía, comparada con la de algunos países europeos
Lugar |
Incidencia (por 100.000 hab./año) |
Países Europeos* | |
Hungría | 40 |
Reino Unido | 10 |
España | 4 |
Grecia | 3 |
Provincias Andaluzas | |
Córdoba | |
Iznajar | 39,8 |
Zuheros | 0,0 |
Jaén | |
Frailes | 44,4 |
Castillo de Locubín | 29,7 |
Alcalá la Real | 25,5 |
Alcaudete | 14,2 |
Mancha Real | 8,3 |
Granada | |
Montefrío | 35,9 |
Íllora | 13,6 |
Fuentevaqueros | 21,7 |
*Tomado de Gelder et al. (1989).
En general, la proporción de muertes por suicidio es superior en los varones que en las mujeres, aunque hay en esto alguna llamativa excepción (Tabla 4).
Tabla 4. Distribución de las muertes por suicidio según el sexo*
Provincia | Proporción de muertes por suicidio | ||
Total | Varones | Mujeres | |
Córdoba | |||
Iznájar | 5,7 | 10,4 | 1,2 |
Zuheros | |||
Granada | |||
Fuentevaqueros | 2,6 | 3,6 | 1,8 |
Íllora | 1,8 | 2,5 | 1,1 |
Montefrío | 5,7 | 5,2 | 6,2 |
Jaén | |||
Alcalá la Real | 3,4 | 4,7 | 2,0 |
Alcaudete | 1,7 | 2,7 | 0,6 |
Castillo de Locubín | 3,5 | 3,6 | 3,4 |
Frailes | 3,6 | 5,2 | 2,2 |
Mancha Real | 1,2 | 2,5 | 0,0 |
*Proporción de muertes por suicidio entre el total de muertes, distribuidas por sexo. Los nombres en cursiva corresponden a localidades de la zona testigo.
La proporción de muertes por suicidio es especialmente alta en adultos jóvenes y en adolescentes en algunas localidades (Tabla 5); sin embargo, este fenómeno no es universal, pues no se observa en los municipios de la zona T (Mancha Real, Fuentevaqueros) ni en algunos de la zonas (Alcaudete, Frailes). En edades más avanzadas, la proporción de muertes por suicidio, que no son menos frecuentes, se va diluyendo en un número mayor de muertes por otras causas.
Tabla 5. Distribución de las muertes por suicidio según la edad.
Edad (años) | Localidad | |||||
Alcalá la Real | Iznájar | Mancha Real | ||||
0-15 | 2 | (9,0%) | 1 | (100%) | 0 | (0,0%) |
16-30 | 3 | (11,1%) | 5 | (38, 5%) | 0 | (0,0%) |
31-40 | 6 | (35,2%) | 5 | (45,5%) | 1 | (16,6%) |
41-50 | 7 | (15,2%) | 6 | (24,0%) | 1 | (11,1%) |
51-60 | 8 | (6,9%) | 4 | (8,9%) | 3 | (8,3%) |
61-70 | 14 | (6,0%) | 2 | (2,9%) | 1 | (1,6%) |
71-80 | 10 | (2,0%) | 4 | (3,0%) | 1 | (0,5%) |
81+ | 4 | (0,6%) | 2 | (0,9%) | 0 | (0,0%) |
En cuanto a la proporción de muertes por suicidio según el estado civil, se aprecia un gradiente descendente entre solteros, casados y viudos, tal como muestran los datos de la provincia de Jaén (Tabla 6); el número de personas divorciadas es escaso para hacer generalizaciones.
El procedimiento preferentemente utilizado es el de suspensión mecánica (ahorcamiento), que en las tres provincias representa las tres cuartas partes de los casos (Tabla 7).
Tabla 6. Distribución de las muertes por suicidio según el estado civil en algunas localidades de la provincia de Jaén.
Proporción de muertes por suicidio
Localidad | Total | Solteros | Casados | Viudos | Divorciados |
Alcalá la Real | 3,4 | 8,3 | 4,7 | 1,0 | 0,0 |
Alcaudete | 1,7 | 4,9 | 2,1 | 0,7 | 0,0 |
Castillo de Locubín | 3,5 | 9,5 | 4,9 | 0,9 | 0,0 |
Frailes | 3,6 | 5,5 | 4,9 | 0,9 | 100 |
Mancha Real | 1,2 | 6,8 | 1,1 | 0,3 | 0,0 |
Tabla 7. Procedimientos utilizados en la ejecución del suicidio.
Provincias | |||
Procedimientos | Córdoba | Granada | Jaén |
Ahorcadura | 72,4 | 72,2 | 77,6 |
Sumersión | 10,3 | 7,4 | 9,2 |
Arma de fuego | 13,8 | 13,0 | 6,1 |
Degollamiento | 3,4 | – | – |
Precipitación (1) | 3,7 | 3,1 | |
Ingestión (2) | 1,9 | 3,1 | |
Inhalación de gas | 1,9 | 1,0 |
- Incluye también el procedimiento de colocarse en las vías fdrras al paso del tren.
- Incluye la ingestión de cáusticos y otro tipo de sustancias.
Como datos particulares, merecen resaltarse los siguientes:
En la provincia de Córdoba, en lznájar el 5,7% de las personas (10,4% de los varones y 1,2% de las mujeres) mueren por suicidio, cuya incidencia en esa población es de 39,8 habitantes/año; en Zuheros, por el contrario, no hubo muerte alguna por suicidio durante los diez años estudiados. En la provincia de Granada, en Montefrío, también el 5,7% de los fallecidos lo fueron por suicidio (el 5,2% de los varones y el 6,2% de las mujeres); su incidencia de suicidio es de 35,9; en Fuentevaqueros, que tiene una incidencia de 21,7, el 2,6% de la población murió por suicidio (3,6% de los varones y 1,8 de las mujeres). En la provincia de Jaén, un 3,4% de los fallecidos en Alcalá la Real lo fueron por suicidio (4,7% de los varones y 2,0 de las mujeres); la tasa de suicidio en este municipio fue, de 27,0%; en Mancha Real, cuya tasa de suicidio fue de 8,3, los suicidios, todos ocurridos en varones, representaron un 1 ,2% del total de muertes.
DISCUSION
La incidencia de suicidio en la zona de riesgo estudiada alcanza índices, según se muestra en la Tabla 3, muy superiores a los globales de España y son comparables a los más altos del mundo (Klerman, 1987; Gelder et al., 1989). El predomino en el sexo masculino, el aumento de frecuencia con la edad y la especial relevancia que en época reciente ha adquirido en la adolescencia son también coincidencias de los datos de este estudio con el consenso general (Klerman, 1987; Gelder et al., 1989). En el suicidio del adolescente, la impulsividad, o el deficiente control de los impulsos, parece desempeñar un importante papel y últimamente se ha observado asociación con el abuso de sustancias (Rich et al., 1986).
Estos resultados preliminares aseguran que la zona objeto de atención reúne excelentes características para analizar los factores genéticos y culturales que facilitan el trágico desenlace por el que una persona se quita su propia vida. Está comprobado que la historia familiar de suicidio se asocia a un mayor riesgo de intento de suicidio (que en muchos casos lleva a la consumación) en personas con muy distintos diagnósticos psiquiátricos (Roy, 1983). Junto al importante peso de la genética, tal como indican los estudios en la comunidad de los Amish (Egeland y Sussex, 1 985), diversos factores individuales y sociales, que han recibido especial atención desde el trabajo pionero de Durkheim en 1892 (Durkheim, 1 969; Klerman, 1987; Tejedor et al, 1988), pueden también tener una importante contribución en un acto de conducta cuya predicción y prevención (Murphy, 1983) merecen cualquier esfuerzo investigador.
BIBLIOGRAFIA
Anuario Estadístico de España (1985). Madrid: Instituto Nacional de Estadística.
Compán D, Rodríguez A, Cabrera MJ (1989). Sistema educativo escolar y marginación en áreas rurales periféricas. El aprovechamiento escolar en el municipio de Montefrío (Granada). En: Asociación de Geógrafos Españoles. Actas del XI Congreso Nacional de Geografía. Madrid: Universidad Complutense de Madrid; pp 51-60.
Durkheim E (1969). Le suicide. Paris: P.U.F.
Egelan JA, Sussex JN (1 985). Suicide and family loading for affective disorders. JAMA, 254: 915-918.
Gelder M, Gath D, Mayou R (1989). Oxford Textbook of Psychiatry, ed. 2. Oxford: Oxford University Press, pp 478-506.
Klerman GI (1987). Clinical epidemiology of suicide. J Clin Psychiatry, 48 (12, Suppl): 3338
Murphy GE (1983). On suicide prediction and prevention. Arch Gen Psychiatry, 40: 343344.
Rich CL, Young D, Fowler RC (1986). San Diego suicide study: I. Young vs old subjects. Arch Gen Psychiatry, 43: 577-582.
Roy A (1983). Family history of suicide. Arch Gen Psychiatry, 40: 971-974.
Tejedor MC, Pericay JM, Castillón JJ (1988). Epidemiología del suicido: factores individuales y sociales. Monografías Médicas Jano, 2: 649-654.
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